Flavio Azzaro se quebró al hablar de la depresión que pasó: “La cabeza es muy turra”
El clima intimista que se genera en la entrevistas de Vino para vos hace que los invitados se sientan seguros para hablar de temas muy delicados, fuera de su zona de confort. Ayer el entrevistado de la noche fue Flavio Azzaro, quien se quebró al recordar una etapa difícil de su vida, atravesada por un cuadro muy fuerte de depresión.
El periodista se quebró al empezar a hablar de su familia, y al hablar de su carrera se remontó al difícil momento que atravesó en 2013, justo cuando estaba ganando visibilidad en los medios: “Podríamos llamarlo depresión, angustia o ataques de pánico que me duró varios años”.
La mejor manera que Azzaro encontró para atravesar ese cuadro fue con ayuda profesional: “Hice terapia y me ayudó mucho. Me hubiese gustado poder hacerla antes”. En ese primer momento, reconoció el invitado, no hizo la terapia como le habían indicado. Años después, volvió a sufrir el mismo malestar: “Me senté conmigo mismo, y me dije: ‘Loco, pará. Esto lo tenemos que solucionar’”.
Lo más llamativo de su relato fue conocer cómo es que hizo para sostener su carrera en medio de un cuadro tan difícil: “Yo podía estar al lado tuyo, haciendo el programa o tomando una cerveza, y por dentro estaba hecho mierda, pero la gente no se daba cuenta. Se ve que tengo una especie de cascarón o instinto de supervivencia que hacía que yo fuera para adelante”.
En 2018, Azzaro comenzó un tratamiento que respetó punto por punto, y así logró sobreponerse a su angustia. Hoy en día, tanto trabajo rindió sus frutos: “Hoy por hoy me siento un tipo que la pasa mejor, que maneja mejor ciertas situaciones. Puedo estar charlando con vos de estas cosas feas y lindas, y no pensando en que cuando salga de acá me va a agarrar un ataque de pánico”.
El periodista quiso transmitir un mensaje que fuera sincero pero que a la vez destaque la importancia de buscar ayuda: “La verdad es que los ataques de pánico son una mierda, la depresión es una mierda. Hay que tratarla a tiempo y ponerle huevos y ovarios y bancarse que te toquen, que te metan el dedo. La cabeza es muy turra, cuando creés que estás bien, estás siendo reticente, y te escapás”.
